jueves, 18 de octubre de 2007

...Las mil fotos...

El experimento de las 1000 fotos no pudo llegar en mejor momento… Pasé el puente en Málaga, aprovechando que allí todavía hace sol y se puede disfrutar de algunos paseos por la playa.

Hacer fotos cuando estás en un lugar desconocido y haciendo cosas fuera de tu rutina es genial para coger tu cámara y fotografiar todo aquello que te gustaría guardar como recuerdo. Así que nada, fotografié a diestro y siniestro todo lo que me apeteció…
Bueno, la verdad es que para aquellos que me conocen eso no es algo para nada extraño ya que es muy habitual en mí coger la cámara y hartarme a hacer fotos: en las excursiones, cuando hay paisajes bonitos, cualquier gesto divertido… así que, cuando aparecí con la cámara, lo único que vi fueron miradas de resignación.

La cosa cambió cuando expliqué que la cámara en esta ocasión no tenía carrete. Mis amigos aprovecharon para hacer toda clase de tonterías ante el objetivo y no pararon de pedirme que les enfocara haciendo las cosas más absurdas. Lo cierto es que es una pena haberme perdido algunos de esos momentos que será difícil repetir… pero fue muy divertido al mismo tiempo porque me permitió realizar encuadres ilógicos y composiciones algo inverosímiles…

El lugar me ayudó mucho. En Málaga hay turismo todo el año y resulta cómico intentar fotografiar a los entrañables “guiris” que vienen en busca de sol en situaciones de lo más pintorescas: con sus chanclas acompañadas siempre de calcetines negros, maravillados ante una paella recién hecha, tomando el sol en la playa con sombrilla y nevera, como cualquier día de pleno agosto…

Luego sólo me queda imaginarme el resultado porque realmente no lo voy a ver, pero precisamente por eso, puedo creer que las fotos de ese día son las mejores que voy a hacer nunca.

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